Un despido improcedente es aquel que se produce cuando una empresa finaliza el contrato laboral de un trabajador sin una causa válida o sin seguir el procedimiento legal establecido. En otras palabras, se trata de un despido que no se ajusta a las normas laborales o a las condiciones pactadas en el contrato laboral.
En España, para que un despido sea considerado procedente, la empresa debe acreditar una causa objetiva y real que justifique la decisión de poner fin al contrato laboral del trabajador. Algunas de las causas más comunes que justifican un despido procedente son el incumplimiento grave de las obligaciones laborales, el bajo rendimiento, la disminución continuada y voluntaria del rendimiento, la ineptitud o la falta de adaptación al puesto de trabajo.
En cambio, un despido se considera improcedente cuando la empresa no acredita una causa objetiva que justifique la terminación del contrato, o bien, cuando se han incumplido los procedimientos legales establecidos en la normativa laboral para llevar a cabo el despido. En estos casos, el trabajador tiene derecho a una indemnización y a la readmisión en la empresa, si así lo desea. La readmisión a nivel económico consiste en el pago de los salarios de tramitación. Con lo cual, tanto si se produce la readmisión como si te pagan la indemnización, es recomendable acudir a un asesor fiscal para no tener sorpresas con Hacienda por el pago de esstas cantidades.
La indemnización por un despido improcedente
La indemnización depende de la antigüedad del trabajador en la empresa y del tipo de contrato que tenga. Según la legislación laboral vigente, en caso de un despido improcedente, el trabajador tiene derecho a una indemnización que varía en función del tiempo que haya estado trabajando en la empresa.
Para los contratos indefinidos celebrados después del 12 de febrero de 2012, la indemnización por despido improcedente es de 33 días de salario por año trabajado, con un límite máximo de 24 mensualidades. Es decir, si un trabajador con un contrato indefinido es despedido de forma improcedente después de trabajar 10 años en la empresa con un salario mensual de 2.000 euros, su indemnización sería de 20.900 euros (33 días x 10 años x 2.000 euros / 12 meses = 20.900 euros).
En el caso de los contratos indefinidos celebrados antes del 12 de febrero de 2012, la indemnización por despido improcedente es de 45 días de salario por año trabajado hasta el 12 de febrero de 2012, con un límite máximo de 42 mensualidades.
Para los contratos temporales, la indemnización por despido improcedente es de 12 días de salario por año trabajado, con un límite máximo de 6 mensualidades.
Es importante tener en cuenta que estos son los montos mínimos que establece la ley, y que en algunos casos la empresa puede acordar con el trabajador una indemnización mayor. En cualquier caso, si se produce un despido, se recomienda buscar el asesoramiento de un abogado laboral para proteger los derechos del trabajador y reclamar la indemnización correspondiente.
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